miércoles, 19 de octubre de 2011

Características de la literatura y el periodo literario.

características literarias del modernismo

El espíritu de protesta que caracteriza a los modernistas se traduce en un afán de buscar nuevas formas estéticas.
·        Los modernistas no sienten preferencia por los temas burgueses y cotidianos de los realistas; sino que prefieren los aristocráticos: palacios elegantes, jardines exóticos, princesas distinguidas. Todo está rodeado de esplendor: fuentes y estanques sobre los que se reflejan elegantes cisnes y jardines cargados de árboles y plantas.
El olímpico cisne de nieve
con el ágata rosa del pico
lustra el ala eucarística y breve
que abre al sol como un casto abanico.
Rubén Darío
·        Los modernistas vibran ante los sentimientos patrióticos y esperan que su país resurja con gloria.
·        Evcan el pasado histórico de su país, con sus leyendas medievales, sus héroes, reyes y personajes famosos.
·        Prefieren la intimidad del poeta, manifestando los sentimientos más profundos de melancolía, tristeza y nostalgia.

La métrica y la lengua se renuevan notablemente para lograr la sensación de que todo es exquisito, refinado y selecto.
·        Se reutilizan los versos y estrofas de otras épocas, como el alejandrino del Mester de Clerecía, o se recuperan otros que ya no se empleaban, como el decasílabo y dodecasílabo.
·        El ritmo será una de las mayores innovaciones que los modernistas apliquen a sus versos. Gracias a ello consiguen importantes efectos musicales y sonoros. Los acentos rítmicos logran reflejar sus sentimientos
·        Utilizan un lenguaje cargado de palabras cultas (como olímpico, áureo, ágata...), de metáforas y diversos recursos estilísticos.     

·     Los claros clarines de pronto levantan sus sones,
su canto sonoro,
su cálido coro,
que envuelve en un trueno de oro
la augusta soberbia de los pabellones. 

       
      Rubén Darío (Marcha Triunfal)


      Durante el modernismo ubieron movimientos que resaltaron como el :

      El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:
  • La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
  • La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta como demiurgo.
  • Valoración de lo diferente frente a lo común lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista.
  • El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
  • La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
  • La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas.
  • La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.
      Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición.
      Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda Europa mediante Napoleón.
      El  Romanticismo se expandió también y renovó enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.
      Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.
      El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.


      El parnasianismo fue un movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX (ca. 1870) creado como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el socialismo artístico. Los fundadores de este movimiento fueron Théophile Gautier (1811-1872) y Leconte de Lisle (1818-1894).
      La palabra es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde estaban las musas inspiradoras, que eran diosas menores.
      Con respecto al parnasianismo francés, se formó en el año 1871 con motivo de la publicación de tres antologías poéticas tituladas El Parnaso contemporáneo. Figuraban allí poemas de Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Sully Prudhomme, Catulle Mendès y Albert Mérat, a los que se les agregaban nombres de otros poetas que la historia del arte no clasificaría como parnasianos, entre ellos Charles Baudelaire.
      El parnasianismo surge como una antítesis del romanticismo y esta oposición tiene como causa lo que los parnasianos consideraban sus «excesos»; exceso de subjetivismo, hipertrofia del yo —crecimiento excesivo y anormal—, exceso de sentimiento. De allí que los parnasianos preconizaran una poesía despersonalizada, alejada de los propios sentimientos y con temas que tuvieran que ver con el arte, temas de por si sugerentes, bellos, exóticos, con una marcada preferencia por la antigüedad clásica, especialmente la griega, y por el lejano Oriente.

    
     Leconte de Lisle, una de las máximas figuras del Parnasianismo.

       El Simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo XIX, originado en Francia y en Bélgica. En un manifiesto literario, publicado en 1886, Jean Moréas definió este nuevo estilo como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva». Para los simbolistas, el mundo es un misterio por descifrar, y el poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles (por ejemplo, Rimbaud establece una correspondencia entre las vocales y los colores en su soneto Vocales). Para ello es esencial el uso de la sinestesia.
      El movimiento tiene sus orígenes en Las flores del mal, libro emblema de Charles Baudelaire. Los escritos de Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire apreciaba en gran medida, influyeron también decisivamente en el movimiento, proporcionándole la mayoría de imágenes y figuras literarias que utilizaría. La estética del Simbolismo fue desarrollada por Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para 1880, el movimiento había atraído toda una generación de jóvenes escritores cansados de los movimientos realistas.


      La muerte del sepulturero de Carlos Schwabe forma un compendio visual de los principales temas del simbolismo. Muerte, ángeles, nieve y las dramáticas poses de los personajes.
      
    
      El Impresionismo se aplica en diferentes artes como la música y la literatura, su vertiente más conocida, y aquélla que fue la precursora, es la pintura impresionista. El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa —principalmente en Francia— caracterizado, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintarán el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo éste. El movimiento fue bautizado por la crítica como Impresionismo con ironía y escepticismo respecto al cuadro de Monet Impresión: sol naciente. Siendo diametralmente opuesto a la pintura metafísica, su importancia es clave en el desarrollo del arte posterior, especialmente del postimpresionismo y las vanguardias.


      Caude Monet, Impresión: soleil levant, 1872–1873 (París, Museo Marmottan Monet). 
      Cuadro al que debe su nombre el movimiento.


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